Cabalgo por la noche traicionera
Desarraigada como el ocaso, como el crepúsculo encerrado en un faro
Arden las notas que los ojos mentirosos me dejaron
Ideas resbalando de la lengua, la verborrea menstruando en las piernas
Imitar el vaivén de un acordeón y su tripitar, el titilar de las luces porteñas que nos hacen nosotros en estos resbaladizos y vacuos versos
Conmueve esta razón el alcohol, tú vicio hermoso
Deseos corroídos por las venas, solo muerte en tus ojos callados de miedo, solo deseo
Tú mi violín mi bandoneón, el tango más insípido de mi paladar
Con miradas, malditas palabras me callaste una bendición satánica a mi sexo dejaste
Aliento agónico en tu jadeo constante en mis sesos
El murmullo de los puentes saturninos que hoy nos cobijan, esas escasas y escurridizas caricias
Víctor- Vale- Natalie